sábado, 27 de octubre de 2012

Mario Benedetti

Fragmento de "El cumpleaños de Juan Ángel"

[...] ya no aguanto
hasta luego
salgo a la calle como un exiliado del egoísmo
pero sin haber aprendido aún cómo ser
        generoso

a las tres menos diez ya se fue el frío
a las tres menos cinco el sol conforta
de pronto la ciudad es una siesta sin espasmos
       ni alevosía
mis ahora asumidos veinte años llegan como
        una resaca
el prójimo también sale de su escondrijo
y es enjuto y sin alegría
más o menos un asta sin bandera
o es obeso y con ojos de niebla
más o menos un pontón inane
o es una muchacha con enredadera
más o menos un terso subterfugio
o es un milico de la nueva runfla
más o menos un ánima hedionda
cada lastima con su miseria
cada árbol con su cachorro
cada inspector con su manga ancha
cada misionero con su escrúpulo
cada guerrillero con sus cojones
cada general con su cerote
cada ministro con su titiritero
cada mormón con su mormón
ésa es después de todo la facha imaginaria
en realidad la ciudad de sol está vacía

el rostro peligroso y colectivo no está en la
     calle [...]
Fuente: BENEDETTI, Mario. El cumpleaños de Juan Ángel. Espasa Calpe Argentina S/A, 1994. p. 53-54

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