sábado, 3 de noviembre de 2012

Gabriela Mistral


Fragmento de ‘La raíz del rosal’ de Gabriela Mistral. “He aqui lo que hablaron cierto día al encontrarse, un hilo de agua y una raíz de rosal: - Vecina raíz, nunca vieron mis ojos nada tan feo como tú. Cualquiera diría que un mono plantó su larga cola en la tierra, se fue y la dejó. Parece que quisiste ser una lombriz, pero no alcanzaste su movimiento en curvas graciosas, y sólo le has aprendido a beberme mi leche azul. Cuando paso tocándote, me la reduces a la mitad. Feísima, dime, ¿qué haces con ella?

Y la raíz humilde respondió: - Verdad, hermano hilo de agua, que debo aparecer ingrata a tus ojos. El contacto largo con con la tierra me ha hecho parda, y la labor excesiva me ha deformado, como deforma los brazos al obrero. También yo soy una obrera: trabajo para la bella prolongación de mi cuerpo que mira al sol. Es a ella a quien envío la leche azul que te bebo. Hermano hilo de agua, sacarás cualquier día tus platas al sol. Busca entonces la criatura de belleza que soy bajo la luz”.

FUENTE: BECKER, Idel. Manual de Español, Livraria Nobel S.A., 1970. p. 45, 46

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